jueves, 8 de octubre de 2009

COMO SON LOS JOVENES CON LOS QUE TRABAJAMOS

Este primer módulo ha sido concebido para ayudarte a tener una mejor y mayor comprensión de los jóvenes con los que estás trabajando o esperas trabajar en el futuro.

Creemos que es importante que puedas tener el mejor y mayor conocimiento posible de aquellos que serán los destinatarios de la acción pastoral. Es totalmente cierto que algunos aspectos cambian de país a país, somos bien conscientes de ello. Pero también es verdad que existen ciertos rasgos generales que son comunes a la juventud evangélica de todos los países de habla hispana. Pues bien, nos centraremos en estos últimos.


TENSION ENTRE LA IGLESIA Y EL MUNDO

Es una realidad que los jóvenes de nuestras iglesias viven en dos esferas totalmente diferentes: la sociedadel mundo, como es denominado en la jerga evangélica—y la iglesia. Estas dos esferas no son únicamente diferentes, sino que, en una forma cada vez más creciente, son radicalmente opuestas y viven en constante conflicto. Por una lado, la juventud evangélica acostumbra a estar expuesta dentro de la iglesia a toda una serie de valores, prioridades, y formas de ver la vida, que constituyen lo que podríamos denominar la cosmovisión judeocristiana. Durante siglos estos valores han sido los que han sustentado y estructurado la cultura y la sociedad occidental. Incluso, aunque las personas no fueran creyentes, participaban de estos valores ya que los mismos constituían el consenso cultural sobre el que se construía la sociedad y, ésta, los utilizaba para regirse.

Sin embargo, desde hace años esta realidad se ha ido cambiando y en los últimos años lo ha hecho de una forma acelerada y dramática. Podemos afirmar, sin lugar a dudas, que estamos asistiendo al fin de una sociedad sustentada en los valores inspirados por el cristianismo. En el siglo pasado F. Nietzche, anunció la muerte de Dios. Luego J.P. Sartre anunció que tras haber matado a Dios, ahora era el tiempo de matar los valores de Dios. Todo parece indicar que en buena parte de nuestro mundo se está teniendo bastante éxito en dicha empresa.


Vivir en la tensión entre dos realidades produce una auténtica esquizofrenia en muchas personas


MARCOS DE REFERENCIA DEBILES

Los estudiosos de la personalidad humana, afirman que en el periodo de la adolescencia y la juventud temprana, la mayor tarea vital que han de asumir las personas es la formación de su propia identidad personal. Los adolescentes quieren formar una identidad propia, quieren saber quiénes son ellos, cuál es el propósito y el sentido de sus vidas. Ya no quieren ser identificados con referencia a sus familias; quieren ser ellos mismos, ya no más el hijo de tal o la hija de cual. Este es un proceso normal, necesario y saludable.


FALTA DE IMPACTO DE LA BIBLIA

Entre nuestros jóvenes se están dando dos lamentables realidades: en primer lugar, un desconocimiento de las Escrituras y en segundo, un es caso interés por conocerlas y aplicarlas en su vida cotidiana. Los evangélicos habían sido conocidos en el pasado como el pueblo de la Biblia. Esto ha dejado de ser una realidad con las nuevas generaciones. Los jóvenes leen poco la Palabra de Dios y, como consecuencia, no la conocen y, por tanto, desconocen al Dios revelado en las Escrituras. No es nada difícil ver a un joven volverse loco en una de nuestras reuniones, intentando encontrar la tercera carta de Timoteo o a Filemón entre los profetas menores. Uno puede afirmar que Josafat fue uno de los doce apóstoles y el auditorio no se inmutará en absoluto. Del mismo modo, podríamos incluir a Epafrodito entre los patriarcas bíblicos sin que muchos de los jóvenes, de muchas de las congregaciones, notaran en absoluto el cambiazo que les hemos dado. Lejos de lo anecdótico que esto pueda parecer, revela una preocupante situación.

Todos somos conscientes de las implicaciones que la falta de lectura bíblica tiene en la vida de nuestros jóvenes. Los muchachos y muchachas de nuestras iglesias carecen de una visión cristiana de la vida. Su cosmovisión responde más a los valores, prioridades y formas de entender la vida de la sociedad en la que se mueven. ¡Lógico! Al fi n y al cabo, es esta la que alimenta sus cerebros. Otra de las consecuencias de la falta de conocimiento de la Biblia es el desconocimiento del Dios de las Escrituras. Los jóvenes no conocen a Dios porque desconocen su Palabra, como resultado, sus ideas acerca de Dios, en muchos casos, son peregrinas, cuando no grotescas. Del mismo modo, sus expectativas acerca de cómo Dios debería obrar o actuar en sus vidas, en su entorno y en el mundo, también lo son.

En segundo lugar la Biblia no es predicada ni presentada en muchas ocasiones de una manera relevante para la vida y las necesidades del joven. Demasiadas predicaciones y estudios bíblicos están totalmente desarraigados de la realidad vital de los jóvenes. Muchos sermones son auténticos alardes de oratoria, exposiciones eruditas de teología, que poco, o nada, dicen al joven. Nuestra predicación y forma de enseñar la Biblia trae, como consecuencia, que muchos jóvenes vean la Palabra del Señor como algo antiguo, obsoleto, alejado de su realidad, algo que nada puede aportarles, que en nada les va a resultar útil. Nuestra predicación y forma de exponer la Biblia, lejos de atraer al joven con sed y ansia de conocimiento de la Palabra y del Dios de la Palabra, los aleja de ella, confirmando que no tiene sentido para nada.


BUENO, ES NECESARIO ENSEÑARLES A ALABAR A DIOS.


HA DIVERTIRSE CON JUEGOS



PRACTICAR DEPORTES



RECREARSE O DARSE UN BUEN BAÑO